“Rendirse para Ganar”, esta sesión que acabamos de recibir hoy, muchas personas no la comprenden, normalmente exclaman - ¿Cómo me voy a rendir para ganar?,- porque entendemos que “rendirnos” es una actitud de sumisión y sometimiento, que nos cuesta aceptar. Por ello sentimos gran rechazo a tomar esa acción, ya que entendemos que nos deja en desventaja y de alguna forma nos sentimos inferiores, es nuestro “ego”, que nos habla, y decide luchar interiormente causándonos estragos, con el fin de ganar la partida.
Pero hay otra forma de entenderlo; entender la acción de “rendirse”, como una capacidad de entrega, aceptar el momento que estamos viviendo, vivir en el presente, en el aquí y ahora, y entregarnos a él. Fluir con él, porque si esta aquí, es que algo nos ha venido a enseñar, por lo que no debemos poner resistencia y si aceptarlo para aprender de él.
Para llegar a esta comprensión, debemos entender que todo sufrimiento es “auto-creado”, lo generamos cuando nos resistimos y no nos permitimos ver lo que está sucediendo, y nos negamos a salir de nuestra “zona de confort”. Lo que creemos, creamos.
Cuando nos permitimos dejar de sufrir por lo que estamos viviendo, se produce la magia, y ya no creamos sufrimiento ni para nosotros ni para lo demás, porque tal como nos tratamos, tratamos a los demás.
El “sufrimiento” es un maestro, ya que nos ayuda a conectarnos con nosotros mismos, pero tenemos que recordar que la vida es un aprendizaje, y siempre podemos escoger la manera de vivir, desde el “dolor” o desde el “amor”.
De nosotros depende, se aprende más de las derrotas que de las victorias. El éxito pocas veces nos lleva a la superación, en cambio la derrota nos invita a esforzarnos a superarnos y conseguir nuestras metas.
Cuando realmente, nos rendimos y nos libramos de nuestros temores, es el momento que confiamos en nuestra parte divina, entablando ese diálogo interior, que nos llevará a alcanzar nuestras metas.
Laura Berbis